En el otoño del patriarca él sintió caer la hojarasca,
mientras observó a Isabel viendo llover en Macondo.
Se acercó a ella y le contó el relato de un Naufrago ,
cuando él era feliz e indocumentado.
En sueños verían juntos los ojos de un perro azul, pensando
era el anuncio de la mala hora.
Se alejó entonces de ella
y decidió vivir como un general en su laberinto, sintiendo que aunque
llegase a Coronel, no tendría quien le
escribiera.
Vivió cien años de soledad, siguiendo el rastro de la sangre
en la nieve, recorriendo doce cuentos peregrinos entre el amor y otros
demonios.
Así llegó súbitamente a un estado febril descubriendo es
posible vivir ese amor en los tiempos del cólera y sintió era permitido contar
sus relatos, novelas e historias, en un mundo lleno de niños y de mariposas….
Gracias a Gabriel García Márquez.
Le abriste la puerta a tantos soñadores que continuarán
leyendo tus novelas e intentando escribir como tú, aquello que pareciese
inimaginable.
Con tus letras e inspiraciones a través de ti, como humanos
nos sentimos mucho mas vivos.
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