Presentación


Hace una medida de tiempo, comencé a plasmar algunos pensamientos y reflexiones, fruto de un camino de esos que no tienen vuelta atrás.
Dejé a un lado la timidez... Me dejé llevar por ese deseo de compartir reflexiones y aprendizajes; esos que nos son transmitidos por otros humanos y aquellos seres intangibles que sabemos existen en todos lados. 

Siempre he admirado a esos seres místicos de diversas culturas y religiones; ermitaños aislados en las montañas o fuera de los contextos comunes. No obstante, en las calles del centro de una gran ciudad, también, es posible encontrarlos. Personalmente, hace ocho años, conocí a un ser que desde niño reconoció había venido a este mundo a proseguir un camino de búsqueda espiritual. Se convirtió en monje budista y, luego de años de aprendizaje en Oriente, decidió volver a Occidente, con un gran deseo: transmitir esos aprendizajes, resultado de un camino que él escogió para el encuentro consigo mismo. 
Cuando abrimos los sentidos llegan, sin anunciarse, maestros de piel, carne, hueso, hojas, sangre, papel y clorofila. Entonces, nos topamos con valiosos escritos de diversos "traductores" o sabios que nos van entregando sus conocimientos. De pronto se van iluminando las letras. Todo fluye todo tan fácil. Florecen las miradas en las sencillas conversaciones. Entonces, parece que por fin vamos encontrando respuestas a preguntas tan trascendentales como: ¿cuál es nuestra real razón de existir?... ¿Por qué estamos aquí?... 
Dejamos de ser "ciegos" en un mundo lleno de seres sorprendentes. Descubrimos que por nuestra prisa diaria, en medio de más de 7 billones de historias y en aumento, nos hemos perdido la oportunidad de descubrir la riqueza inmersa en los relatos de otros humanos.
Conocer otras experiencias vitales nos permite maravillarnos con la capacidad que todos poseemos. 

No hemos nacido para competir desde pequeños y no es necesario que todos sigamos una “carrera”. La meta profesional es un éxito que ni siquiera tenemos claro. Cada vez que conseguimos un nuevo título, incluso un doctorado, algo aún nos hace falta. La cumbre profesional y/o económica no llena los más profundos vacíos, ni nos quita el miedo de subsistir en esta “selva de las competencias”. Vivimos aterrados con las "fieras" del sistema o esos "demonios" que yacen en nuestro interior. Esos "demonios" son los obstáculos o bloqueos que guardamos desde nuestra tierna infancia. 
No obstante, la fiereza interna, que descubrimos al navegar hacia dentro, es una una fortaleza rodeada de maravillosos talentos. En verdad, somos seres ondulantes; vibramos en colores cuando simplemente nos soltamos. 

Mi comienzo... Este comienzo escrito ha sido guiado por una serie de lecturas, relajaciones guiadas, oración contemplativa y un aprendizaje de técnicas para conectarme con mi propia energía y la del entorno natural. 
Me han enseñado a leer sobre otras hojas, esas que de pronto brotan en una esquina, en una calle o en el río de la selva de mis maestros. Ahora, valoro a cada persona no por sus conocimientos académicos, su origen o su credo, sino por su manera de creer en sí misma, en sus dones y talentos. Admiro a aquellos que se "Aman, los unos a los otros..." comenzando por sigo mismos. 
Aquellos que no tienen nada que pedir, solo agradecer cada segundo de sus vidas...   
Bienvenido a mi comienzo...

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