lunes, 14 de abril de 2014

Eclipse habitado.
 
Secuencia de Eclipse. Fotografia de Ben Curtis.
 
El sol habitó en ella y no quiso dejarla.

Entró delicadamente en su estrella, durante cada fase de la luna.

La pasión fue creciendo hasta llegar a ser llena, oscureciendo su blanco abismal a medida que la envolvía.

Aquellos instantes que fueron minutos, parecían una secuencia de años, envolviéndose mutuamente en un profundo naranja al alinearse los astros.

Se fusionaron por entero en un tierno abrazo, mientras admirada entre ellos, se eclipsó la tierra y cada ser terráqueo.

Conmovidos contemplaron su magna belleza, oscura y brillante, opuesta y atrayente, fútil y profunda, fugaz y perpetua.

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