domingo, 4 de agosto de 2013

Los libros de los recuerdos. La lectora de pensamientos


Iba leyendo el libro de su vida cargado de recuerdos, de luces y páginas rotas;
mas, que sin ellas, sin las rotas, no existirían las otras.

En su carroza iban los sueños de sus ancestros transcritos, paso a paso, en los párrafos de un libro.
Contenía cada escrito cientos de lágrimas, cauces de risas, melancolía y suspiros, interpretados por la brisa de los días.

 Poco a poco, con el tiempo, se fueron reuniendo esos gruesos pergaminos; estaban repletos de ideas cosechadas y transcritas en letras finamente diseñadas.

Así, emerge un profundo libro...

 Sus contenidos poseen tantas imágenes traducidas en poesías; cofres de riqueza cargados de textos producto de un deseo; de esos que se crean antes de su nacimiento.

Cada libro es un niño, un amado, una hermana, una madre, un padre, un abuelo, una abuela inmortalizada en palabras.

Cada obra de arte va en la parte delantera o trasera del carruaje de nuestra existencia.

La lectora y genuina escritora sabe: son los libros un valioso legado que ha de entregarse a quien está dispuesto a recibirlos sin dádiva diferente a su lectura.