sábado, 30 de agosto de 2014

Alas en movimiento.



El aleteo de una mariposa es una caricia al viento, abriendo y entregando el movimiento de sus alas.

No sabe de líneas rectas, solo de ondulados desplazamientos, donde el espacio no es una rutina sino un libre zigzagueo.

Ella maquilla el panorama entregando su azul a la luz, reflejando en sus escamas el espejo de una maga.

Sutilmente desciende y se posa entre las entre las flores, mientras bebe del néctar que en el rodadero de su espiritrompa resbala.

En su encuentro amoroso transporta el oro de su polen y fecunda en contemplación sabia, maquillando el panorama.

Las alas en movimiento cubren un diminuto cuerpo, envolviendo el espíritu que late con la velocidad de la libertad que le otorga su vuelo.

El  perfecto diseño de sus alas es sabiduría divina en su creación gestada.

martes, 19 de agosto de 2014

Ecuaciones divinas. Un encuentro con delfines.
Mi encuentro con delfín amazónico.


El canto del delfín es una ecuación divina, un lamento que conmueve y envuelve, una melodía que confiere armonía.  

Es una sonrisa silenciosa percibida por quien con el espíritu abierto atento escucha.

Cuando su canto enigmático cesa solo se escucha la mar,  conduciendo su silencio al mismo río de sus orígenes, rumbo al manantial.

 Allí, el movimiento no cesa y pequeñas burbujas se rompen y se forman, en cadenas de delicados y envolventes torbellinos que gestan el curso de la vida.

La placida respiración acompaña  ese momento con cada latido del corazón, acompasando la respiración.

La humedad del lugar nos besa los labios, acariciándonos los cabellos y recordándonos ni un grano de arena permanece quieto, siguen su álgebra divina del movimiento.


Todo en su momento cambia y continúa como el destino de nuestros encuentros. 

El canto y el silencio es una poesía,  matemática iluminada como el permanente avance del agua.