miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuando el cerebro se suelta se eleva el corazón


Cuando el cerebro se suelta se eleva el corazón


Se lanzan los cabellos al vuelo y nadan las ideas... Es la soñadora que de nuevo reaparece entre el mundo ideal y de concreto.

Se baña de risas que pesca en su río, se enreda con buenos deseos y deja las apariencias en el baúl del olvido.

Se cubre de pétalos nuevos, mientras, desprevenida deja que la brisa le enrede algunos peces.
Saca de nuevo los lápices de colores escondidos en la ausencia; los afila con paciencia luego de cientos de décadas que los tuvo escondidos en lo profundo de su imaginación.

Deja en tierra las flores amarillas cubiertas de rocío, embebidas en el viento, porque así las encuentra vivas y aún más bellas.

En el florero de la mesa por el contrario, vierte el agua donde por instantes pareciese le cantan seres del agua marina y se reflejan los rayos de luz que antes de ese nuevo amanecer a manera de inspiración pareciese le llegan.

Es la vuelta, es el reencuentro... Así, de nuevo y sin demora abre sus puertas, mientras disfruta el quererse de nuevo.