jueves, 31 de diciembre de 2015

El vuelo.

Bebiendo del agua del río. 


Ese amor que cura, vuele como diminutos átomos de mariposas en nuestro mundo.

En su vuelo al desprenderse sane nuestros corazones.

Desciendan bendiciones invisibles, curando aquellas heridas expuestas y ocultas.

Esos destellos de su luz sean una fuente divina, infinita e inagotable de sabiduría.

El agua subterránea de nuestros sentimientos, emerjan a cada instante, a cada momento.
Con cariño en este día.


Katty Camacho García.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Con cariño para todos aquellos que por azares de la vida, han llegado a leer alguna de mis palabras... Un abrazo virtual y lluevan bendiciones!!

viernes, 18 de diciembre de 2015


El Hábitat de un Ángel.


En el envés de las hojas habitan los ángeles.


Se observan incluso en los pétalos de una flor.


Crean obras de arte en una gota de rocío y se visten del

Arcoíris frente a la luz del sol.


Danzan entre las luciérnagas iluminando la inocencia y 

duermen cuando la luna se renueva.


En la madrugada y en el atardecer, su divinidad alcanza el 

nivel más alto. 


Elevan nuestro nivel de 

conciencia con sus amorosos cánticos.


Cuando con amor actuamos, siempre están a nuestro 

lado, para apoyarnos en el libre albedrío de cada nueva 

misión.

Katty Camacho García.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Metamorfosis



Si cerramos los ojos vemos más.

Si cerramos los labios escuchamos mejor.

Si respiramos profundo nos conectamos con la fuente y se dará inicio a la transformación.

Entonces se abrirá la rosa del corazón y emanará su más dulce aroma la primavera.

El frío de pronto será cubierto por el verano del sol.

Nos acariciará ese otoño a la caída de sus hojas.

Y el invierno nos llegará despacio, para volver a empezar...


Contemplaremos así, solitarios y juntos, la metamorfosis del amor.

(Katty Alexandra)

domingo, 8 de noviembre de 2015

Que nada te turbe.

Estrella Sirius. Foto adaptada de: Monarch.


“Que nada te turbe, que nada te espante... Que quien cree y espera, todo lo alcanza (...)”  (Santa Teresa de Avila).

Las palabras de la mística y meditativa Teresa llevan inmersa una profunda dosis de calma.

Son como una ola que algo nos trae y algo se lleva.

Nos consuela pensar que si al arriesgarnos en un nuevo intento otra vez caemos, podríamos enterrar nuestra nariz en el suelo.

En esa fusión con la tierra, nuestra sangre se fundiría con la humedad de la tierra.

Nuestros ríos Bermejos bañarían las laderas de aquellos sueños en la juventud perdidos.

En el humus fértil de nuestra riberas, a la llegada del sol,  brotarían las semillas desconocidas de nuestros verdaderos deseos.

Saldríamos de la noche de todos esos años,en los cuales el espanto

 de nuestra insatisfacción era cotidiano, cuando ignoramos nuestro

 verdadero ser.


 La oscuridad sería solo el escenario donde mejor se observan las 

estrellas. 


(Katty Alexandra)

jueves, 22 de octubre de 2015

Quizás...



Quizás si abro los brazos pierdo un poco el miedo y me conecto con el centro del todo en plenitud.

Quizás lo sólido no existe: solo somos partículas volátiles que se condensan, suben, bajan y vuelan.

Quizás somos un perfume líquido reunido, en amasijos de arcillas con formas cambiantes y quiméricas.

Quizás todos poseemos algo de cada montaña, ladera y de la profunda selva que late con fuerza en cada una de nuestras células.

Quizás eso que vemos de los otros, es la proyección acuosa y fluida de nuestros ojos; donde vemos en lo profundo, mucho más de lo que afuera en apariencia es.

Quizás los átomos de mis tejidos, embalsamados en lo físico y correntosos en el espíritu, van más allá del rincón tranquilo donde me suelo ver.

Quizás...

(Katty Alexandra)


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Tus manos.


Tus manos tienen alas y vuelan como los insectos.

Son escarabajos tus dedos que escalan, veloces o lentos las cimas de la piel y los laberintos del alma.

El lenguaje de tus manos tiene acentos, espacios y puntos suspensivos.

Emanas calor de tus yemas junto con el amor, llegando a lugares donde no osan llegar las palabras.

Tus manos se conectan con nuestros labios para expresar con los ojos emociones y sentimientos que nos unen en la distancia.

Estas transmiten tus sueños, anhelos y caricias silenciosas, que solo entiende quien las sabe leer.

Tus manos extendidas están dispuestas a transmitir sin reservas algo de sí.


La pasión, la ternura y el roce sensible de tus manos son una alabanza, una conexión con lo divino que solo desde tu corazón interpretas, sin percatarte del amor que despiertas en el otro corazón.

                                                                                                 Katty Camacho García.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Recordando el camino.
Sombra en el bosque gallego. Foto: Katty A.


En un paso navegan las olas de todos los tiempos, mientras en la calma y la marea surge al encuentro con la sombra.

Los susurros desconocidos transitan en su alma, en medio de los latidos.

El sudor mudo nace del manantial vibrante de la propia sal.

Paso a paso nos purificamos un poco y movemos las caderas, al ritmo personal.

El corazón late con la música de las piernas y la taquicardia de los miedos desaparece, cuando nos vamos soltando.


Se afina el sentido de la escucha y amamos ese momento, el momento de caminar.

(Katty Alexandra)

domingo, 2 de agosto de 2015

Aquello que nos hace más humanos.


 Nos miramos como especie y lloramos frente al dolor de quien cae por primera vez.

Suspiramos cuando la nostalgia nos inunda y se lleva nuestras sonrisas.

Sentimos que se nos desgarra el alma cuando aquellos seres que amamos, de pronto se evaporan sin decir un adiós.

Somos capaces de amar con locura, y nos entregamos sin medida, cuando creemos en el otro, en nuestra experiencia de vida y en nuestros sueños.

Cantamos esos días en los cuales la brisa nos roza la cara, a medida que el agua desciende luego de la sequía y pareciese todo es posible, todo lo vital reverdece.

Si sufrimos frente a la indolencia e impotencia, de cuidar nuestra propia naturaleza...

¿Porque nos cuesta tanto cuidar, este pequeño relicto de selva que aún nos queda?.


Quizás sea el instinto, la fiereza y la nobleza animal, aquello que nos hace más humanos. 

(Katty Alexandra)

lunes, 6 de julio de 2015

SALAMANCA....


Contigo en el corazón, rincón del mundo.

Plaza de confluencias, vino de la tierra, queso de las plantas.

Te llevo conmigo, inolvidable río, sabias y entrañables vivencias.

Filigrana de pasos, catedral de silencios.

Cada vez más enamorada de ti, de los reflejos de tu agua, de tus peces en su laberinto, del polen en tu vientre y de la savia de tu jardín en Calixto y Melibea.

De aquellos anfibios de estuarios grabados en piedras.

De tu cielo de ojos azules que proyectan un film con música de un delfín, en el firmamento de mi corazón.

De aquellos jamones de otras eras.

De las letras de los poetas clavadas en la madera y pronunciadas en la voz del hierro que al unísono te nombran en la Casa Lis.

Desde estas montañas pronuncio un hasta luego para un día, sí de nuevo en silencio me invitas, a ti de nuevo volver…

(Katty Alexandra).

martes, 23 de junio de 2015

El ojo del camino.

El ojo del camino. Foto: Katty Alexandra.




Dio el paso, dio espera, dio abrazo, palabras plenas, dio silencio, dio camino, dio mañana y madrugada.

Dio lágrimas que corrieron como un río incontenible de agua y de viveza.

No siempre se llora cuando se está triste, se llora cuando se descubre el amor, el enigma de la existencia.


Cuando se llega ahí, al éxtasis del alma, cuando el espíritu canta es inevitable una lagrima y una sonrisa frente a lo contemplación de lo sublime. 

Entonces se es más ligero a medida que la luz brota en un camino como un ojo que nos mira y nos observa.

(Katty Alexandra)

martes, 26 de mayo de 2015

El tiempo de cada cual. El río y el animal.
Pintura en una fachada de un museo en Paris. Artista: Médéric Bobbin, 2007.


El curso va con su río creando meandros, siguiendo su cuerpo de mujer.

Su corporeidad sinuosa se desplaza en la selva de sus emociones, mientras en su interior aguardan los torbellinos de su alma.

Ellas rugen al vaivén de sus fieras, que por instantes se reflejan en su superficie cuando avanza.

Más quien sin detenerse solo la contempla, no denota sus señales de cambio; solo escucha el tierno alcance del vaivén de sus palabras.

Los animales que en su interior avanzan, ven dentro del río de una mujer se reúnen - el amor y el deseo - ocasionando su fuerza la forma de sus riberas.  

Este río dibuja en la tierra las letras de su canto, y encarna su alegría en las risas de peces.

El rugido de sus fieras juguetea en ella, en medio de las burbujas de sus emociones.

Llama el río al delfín que con la sabiduría de varias épocas avanza, en la confluencia de las aguas.

Entre tanto ella anhela el momento exacto de su  mezcla, extrañando su sal, procurándole entregarle a él la miel en el oceáno.

Katty Alexandra.

lunes, 6 de abril de 2015

Ligero de equipaje.



Se anda ligero de equipaje, cuando es el corazón el que enciende la llama que ilumina, el camino oscuro que poco a poco se divisa, adornado de destellos profundos de vida.

Se escucha entonces al lado susurrando, el melódico latido y suave aleteo de los ángeles, que desde el nacimiento nos han acompañado.

Ya lo decía el poeta Antonio Machado; “…Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el monte y el ojo que los mira…”

Atenta al vuelo voy en la incertidumbre total de quien por intuición lo empieza.

Con la seguridad del movimiento que otorga el agua que baña en su paso al caminante.


Con la confianza que con ansia busca la respuesta al motivo de su viaje…

(Katty Alexandra).

domingo, 22 de marzo de 2015

La sincronización del corazón.

Titulo de la Obra: Mandala of heart. Artist: Alice Mason.


Pareciese el corazón latiera sin descanso, mas entre cada sístole y diástole existen efímeras partículas de segundos donde se mantiene inmóvil.

Es en esa pausa invisible donde se teje una línea tenue , que nos separa de la vida o de la muerte.

  Son esos espacios imperceptibles los que nos mantienen a su vez unidos con la tierra y una estrella del universo.

Damos por hecho la vida, más ignoramos la magnificencia de nuestro corazón y que en un momento volverá a su origen.

Solo cuando una mano se posa en nuestro pecho, sentimos su cabalgata; ese motor sublime de nuestra existencia.

Nuestro ritmo se acelera ante la sorpresa, la angustia o una súbita alegría, no obstante el corazón cada emoción la diferencia y la interpreta, originando en cada caso una particular canción.

Cuando el latido es sincrónico navega en el curso de su intuición, siguiendo la melodía del amor que canta y comunica su razón de ser, haciéndose poderoso e imparable.

Es capaz entonces de seguir su propio y particular sonido, rodeándose de corazones que en compañía le acompasan – como si fuesen una gran orquesta  creando melodías – conformándose en el agua que emanan cristales y en su sangre un fluido perfecto.


Los corazones sincrónicos adquieren alas y vuelan, adquiriendo los ojos de las águilas y la certeza de la luz de su propia alma y de las que le acompañan.

(Katty Alexandra)

domingo, 15 de marzo de 2015

La paciencia, la ciencia de la Paz. 
(palabras de un maestro).

Mandala en la naturaleza. Imagen tomada de: https://virgiliotovar.wordpress.com.


Dialogando con un maestro le comentaba de mis angustias, miedos, ansiedades y demás… el solo me miro sonriendo y me dijo:

- “Practica la paciencia, la ciencia de la paz”.

Reflexione y pensé:

-          Cuantos sufrimientos me hubiese ahorrado,  si hubiese  contado con la paciencia que otorga la sabia espera.

-          Cuantos latidos hubiese amorosamente comprendido, entendiéndolos según la procedencia de cada ser.

-          Tal vez hubiese estado más atenta a cada percusión perfecta de cada ser que amo, comprendiéndolos y entendiéndolos como únicos.

-          Si tan solo hubiese entendido que el  tiempo es individual; un ciclo compuesto de ondas que se expanden, desde el pensamiento más diminuto hasta llegar al puerto de su acción.

-          Entonces sería más amorosa, conmigo misma y con los demás.

- Comprendería cada efecto ocasionado por las acciones que precedieron a las palabras – solo turbadas por la impaciencia – .

- Solo es necesario darles el compás de la espera, para que se mesan calmadamente en el agua de mis emociones.

-          Así sin aceleramientos, las consecuencias de su paso, llevarían solo la fuerza o sutileza necesaria que envuelve cada encuentro o desencuentro de silabas procedentes de diferentes almas.

-          Llegaría a ser capaz de escuchar el mensaje emitido por cada latido - y el valioso instante de sus silencios -.

-          Escucharía sin premura la caricia musical y vital de cada corazón, incluyendo el mío.

- Sería capaz de interpretar las burbujas de mi propia sangre y los sonidos que ocurren en el interior de mis espacios afectivos.

-    Buscaría ser más armónica elevándome en el viento, como un grano de arena, entregándome sin tantos titubeos a esa corriente interna, que con sabia guía nos indica el camino de nuestra valiosa intuición.


La paciencia es como una ciencia, una invitación a que confiemos en el poder del amor sin prisa, pero que esta ahí y siempre llega, de otros y de nuestro poderoso corazón.

(Katty Alexandra).

viernes, 6 de marzo de 2015

La tormenta y el atardecer



Después de un día cálido se desató sobre el valle una tormenta, dando origen a un río que bañaba las laderas que le rodeaban.

El atardecer pacifico aguardaba el paso de la lluvia, esperando y respetando el momento de la torrencial y la existencia de cada uno.

- En la naturaleza todo tal cual ocurre es perfecto -, le dice un sabio a una aprendiz; que asustada se encuentra  al descubrirse en medio de los propios rayos que desencadena el agua de sus desafíos y miedos que al superarlos darán origen a su propio caudal.

Katty Alexandra
Encuentro de humanos.


¿Y si fuese cierto aquello que dicen los sabios, que en nosotros siempre ha habitado lo femenino y lo masculino?.

Quizás siempre hemos habitado fusionados en nuestra propia agua, y así hemos deambulando por la tierra.

Hemos volando en el aire de nuestros sueños de sentimientos y calentando bajo el fuego de esa energía esférica y espiral que nos mantiene vivos.

Quizás así nos explicaríamos porque nuestros ojos brillan como un par de estrellas que siempre han habitado juntas y de una buena vez nos sentiríamos completos.

No le otorgaríamos tanta carga al otro, por nuestro propio miedo a trabajar aquello que nos genera aflicción y que solo es personal.

Sería el otro un compañero, un mundo entero por navegar y nos sumergiríamos en una aventura con cada humano, llena de encuentros y fantasía, y de igual manera eso seríamos para el otro; un recinto profundo con luz y oscuridad.

No existirían días para las mujeres y otros para los hombres y seriamos capaces de regalarle a un hombre una rosa,  sin ese complejo de reconocer su tesoro femenino.

Amaríamos lo masculino de los otros y comprenderíamos sus emociones femeninas trasmutadas en finas lagrimas.

No solo la sensibilidad sería de mujeres y la fuerza de los hombres, reconoceríamos somos completos y el otro sería un universo entero, por amar, descubrir y abrazar.

(Katty Alexandra)

martes, 24 de febrero de 2015

La magia del silencio.
El camino de una nube. Foto;: Katty A.


Desde lejos lo observaba sin verlo y elevaba una plegaría de sentimientos al cielo por él.

Sentía en lo profundo de su corazón el amor que le profesaba, más no sabia como manifestárselo en palabras.

No quería interrumpir su delicado parpadeo creativo, aquellos instantes entre la oscuridad y la luz.

Más estaba plena de besos y los fue diluyendo en el aire, con la esperanza de que un día en su noche le llegarían.

Sabía él andaba en el equilibrio y desequilibrio de esa cuerda floja que se pasa, en el momento exacto del júbilo que da origen a una nueva creación.

Con el pensamiento ella le acariciaba y le besaba el entrecejo de la inspiración, mientras con ternura lo amaba.

Cada día y a la llegada de su pensamiento, le arrojaba al viento en silencio estas palabras: 

“Se feliz”…”se dichoso”…”vive en paz”…

Una nube se las llevo entre sus alas y las vertió sobre él en forma de lluvia.

Él las saboreó a su caída, sin tener certeza de donde provenía esa felicidad.

Se fue inundando de dicha y de una profunda paz, que por momentos largos le acompañaba.

Esa es la magia del silencio, plena de sentimientos y emociones que solo quien con atención calla sabe escuchar.

(Katty Alexandra)

miércoles, 18 de febrero de 2015

Explosión de amor.
Almendro en flor. Pintura de Vincet Van Gogh
Ese día explotaron de amor y como consecuencia reverdecieron y afloraron.

Sintieron como de sus pechos fluía, una caravana de flores al sonido de sus voces.

La luz de sus pupilas se encendió tanto, que a su lado palidecieron las luciérnagas.

Los pétalos de sus labios anunciaron pronto vendrían las cerezas y uno a uno, fueron saboreando cada segundo, de los frutos de su majestuoso encuentro.

Llego el viento y llevo entre sus besos el polen fértil, que ahora volaba tan lejos como la fuerza de su amor.

Se bañaron las abejas en sus mieles y saborearon entre sus patitas, el dulce que brotaba de cada centímetro de sus cuerpos.

Se contemplaron en esa estampida silenciosa que surgía de sus pechos, en una profunda e inexplicable sensación de felicidad.

Descendieron hasta la raíz de un celestino almendro y en el fondo subieron al cosmos.

Habitaron en el centro de sus almas, reventando el polen de sus más profundos deseos.

Lloraron el sudor de su rocío, en medio de tantos latidos, acallando el  motor de sus miedos.

Así, en esa sensación de levedad se propulsaron para volar de nuevo.

A medida que ello ocurría, cada árbol que los rodeaba extasiado florecía.

Nunca se sabe las consecuencias de quienes en ebullición de amor se encuentran.

Inevitablemente de la pureza que esto encierra, nace una estrella o surge sin detenerse la belleza de la vida.

lunes, 9 de febrero de 2015


Alma desnuda

Gift of Night, Obra de Leonid Afremov


Bajo la lluvia pareciese se desnuda el alma, de manera tan fácil, siendo un arte tan complejo.

Es como si cada gota al caer tuviese alas, que la invitan a salir en vuelo.

En la desnudez se entrega al agua sin mediar palabra, mientras lentamente caen al suelo.

Resbalan tiernamente juntos mientras se elevan en el vapor que se crea en medio de la noche, difuminándose en vivaces colores la belleza de su hondura.


Tan profunda es el alma y la lluvia que entregan sin temores sus dádivas, sin reservas y sin mediar palabra.


(Katty Alexandra)

domingo, 1 de febrero de 2015

El encuentro con la pureza primordial.
La diminuta y perfecta rosa. Foto: Katty A
 


 Dos caminantes se sentaron a observar las flores y sintieron se poso sobre ellos, una levedad que atravesó sus pieles.

Lentamente se fueron irrigando de rosa sus mejillas, mientras a ellos se acercaron cientos de mariposas que volaron y los besaron con sus espiritrompas.

Abrigaron la humedad de su saliva, mientras iban lamiendo la sal de sus ojos y el dulce néctar de sus sonrisas.

Se vieron envueltos de otros seres de alas que les rodeaban y les susurraron:

  "Si sientes con el alma, de pronto te abrirás como las flores, en el momento exacto de la entrega sin reservas.
 Tus pétalos se extenderán y lo harán sin angustia, escuchando el latido de tu planta.

 Con paciencia esperarás que la prodigiosa lluvia te bañe y te evaporarás lentamente gracias a cada rayo del sol.

Con tranquilidad aguardarás en su momento, a que el viento te alce y te lleve al destino final de  tu existencia.

Llegarás sereno al clímax, abriéndote a la vida, enseñando tus estambres cargados del polen y el pistilo que guarda tu miel.

 Las semillas que sembraras entonces alzaran vuelo como una dádiva de infinita inocencia.

Comprenderás que la pureza elemental habita en todo lo vivo, incluso en aquellos escenarios de las estrellas que laten con su propia luz.

Esa me la enseñaran tus ojos y me la entregara ese brillo divino de tu esencia, que me recordará cuan vivo estas, cuan bello eres.

La mayor fuerza se manifestara en la luminosidad, que desde siempre e infinitamente habita en ti, en nosotros y ahora nos mantiene vivos, en el paraíso del aquí y el ahora".

(Katty Alexandra).

sábado, 24 de enero de 2015


Confluencia de aguas.
 
Río y Mar. foto: Katty A,


Tu agua me llegó en pequeñas gotas que nublaron mi vista, en medio de la espesa bruma que me otorgó el vapor embriagador de tu voz.

Era un sonido alegre, un canto de sirénidos que de repente me hizo tan feliz.

No te veía mas sabia estabas ahí, maestro y aprendiz, hombre y niño, humano y animal.

El arrullo de tu voz me condujo a un rincón desconocido y húmedo guardado dentro de mí.

Volví a soñar con la esperanza de entregar mis aguas al mar y así ocurrió.

El agua de mi río inevitablemente se acercó a ese, nuestro espacio estuarino y burbujeante, y  te abrazó deseoso sin mezclarse completamente.

En la superficie pareciese, nuestras aguas eran de un color diferente,  la mía cargada de canela y taninos, la tuya azul como tus ojos y sabia como la sal.

Formamos una pluma que se alargó sin fusionarse, más en la profundidad de nuestro ser líquido - donde ni siquiera nosotros lo vimos - confluyeron y se mezclaron profundamente nuestras aguas en el silencio sin mediar palabras.

Lentamente nos evaporamos y en la noche fuimos lluvia, que volvió a caer como gotas que retornaron al río y el mar.

Un día de nuevo inevitablemente nuestros seres volverían a encontrarse, en ese breve espacio de la confluencia de las aguas.
(Katty alexandra)