viernes, 6 de marzo de 2015

Encuentro de humanos.


¿Y si fuese cierto aquello que dicen los sabios, que en nosotros siempre ha habitado lo femenino y lo masculino?.

Quizás siempre hemos habitado fusionados en nuestra propia agua, y así hemos deambulando por la tierra.

Hemos volando en el aire de nuestros sueños de sentimientos y calentando bajo el fuego de esa energía esférica y espiral que nos mantiene vivos.

Quizás así nos explicaríamos porque nuestros ojos brillan como un par de estrellas que siempre han habitado juntas y de una buena vez nos sentiríamos completos.

No le otorgaríamos tanta carga al otro, por nuestro propio miedo a trabajar aquello que nos genera aflicción y que solo es personal.

Sería el otro un compañero, un mundo entero por navegar y nos sumergiríamos en una aventura con cada humano, llena de encuentros y fantasía, y de igual manera eso seríamos para el otro; un recinto profundo con luz y oscuridad.

No existirían días para las mujeres y otros para los hombres y seriamos capaces de regalarle a un hombre una rosa,  sin ese complejo de reconocer su tesoro femenino.

Amaríamos lo masculino de los otros y comprenderíamos sus emociones femeninas trasmutadas en finas lagrimas.

No solo la sensibilidad sería de mujeres y la fuerza de los hombres, reconoceríamos somos completos y el otro sería un universo entero, por amar, descubrir y abrazar.

(Katty Alexandra)

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