miércoles, 14 de mayo de 2014

El silencio y la palabra.
 
La Dorada, Caldas. Río Magdalena. Foto: Katty A.
 
El silencio dialoga con la palabra siguiendo el paso del río.

Pronuncian juntos miradas en la tarde, cargadas de ensoñación y nostalgia.

Mientras las palabras resbalan a su ritmo por la lengua materna, el silencio las contempla desde las rocas que las bañan.

Las letras se desbordan en las corrientes al caer el sol y muy temprano en el alba, mientras el  silencio las medita y oxigena entre espacios, puntos y comas.

La palabra se levanta y se engalana, llena de prosa en las madrugadas y cuando atardece en las noches claras se sumerge y calla.

En las noches de luna llena revienta en mil frases de nostalgia y  cuando no hay nada más que decir, el silencio la abraza y mutuamente se entrelazan.

Viven así un constante romance, el silencio y la palabra.

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