Cuando el agua entra en las raíces mima a las plantas; estas consentidas reverdecen.
En la delicadeza de las formas esta la ternura, la finura y la armonía.
Ser amorosos es la manera más fuerte e inteligente de vivir.
El que ama avanza y continua a pesar de los obstáculos, el que consiente sus sentimientos sabiamente sana y crece.
Tanta belleza verde desperdigada por el mundo es como una caricia a cada uno.
Dejarnos acariciar por el viento, es mimar el alma, mirar y admirar lo natural.
El cariño no es debilidad es fortaleza y reconocernos como seres afectuosos es reconocer el grado de humanidad al que podemos llegar, es soltarnos y conectarnos con la vida.
Mimémonos...
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