martes, 29 de enero de 2013

El secreto que la nieve guarda


No es posible a simple vista reconocer los mágicos cristales; sin embargo, mil formas maravillosas y perfectas se gestan en su interior.
El agua es artesana y cuando es nieve es diestra escultora y maga; esta detiene por breves o perpetuos instantes la travesía que fluida iba a tener un final.
El frío es el factor detonante que implacable ordena el cambio y detiene movimientos que parecían serían eternos.
Cuando el agua es nieve resbala por las montañas, e inmóvil queda, pero al alterarse su equilibrio, furiosa forma una avalancha... Ella ruge y reclama la quietud que sentía le era propia.

La nieve es fría tan fría que quema; su corazón es fuego interior camuflado en su espesura.  
La nieve es introspectiva y lúdica; una cama de mil perfectas gotitas que nos invita a mirar al cielo, a dormir unos breves instantes sobre su geometría divina que, poco a poco, se transforma con las melodías del agua.

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