Ecuaciones divinas. Un encuentro
con delfines.
Mi encuentro con delfín amazónico. |
El canto del delfín es una
ecuación divina, un lamento que conmueve y envuelve, una melodía que confiere
armonía.
Es una sonrisa silenciosa
percibida por quien con el espíritu abierto atento escucha.
Cuando su canto enigmático cesa
solo se escucha la mar, conduciendo su silencio
al mismo río de sus orígenes, rumbo al manantial.
Allí, el movimiento no cesa y pequeñas
burbujas se rompen y se forman, en cadenas de delicados y envolventes
torbellinos que gestan el curso de la vida.
La placida respiración acompaña ese momento con cada latido del corazón,
acompasando la respiración.
La humedad del lugar nos besa
los labios, acariciándonos los cabellos y recordándonos ni un grano de arena
permanece quieto, siguen su álgebra divina del movimiento.
Todo en su momento cambia y
continúa como el destino de nuestros encuentros.
El canto y el silencio es una poesía,
matemática iluminada como el permanente
avance del agua.
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