sábado, 30 de agosto de 2014

Alas en movimiento.



El aleteo de una mariposa es una caricia al viento, abriendo y entregando el movimiento de sus alas.

No sabe de líneas rectas, solo de ondulados desplazamientos, donde el espacio no es una rutina sino un libre zigzagueo.

Ella maquilla el panorama entregando su azul a la luz, reflejando en sus escamas el espejo de una maga.

Sutilmente desciende y se posa entre las entre las flores, mientras bebe del néctar que en el rodadero de su espiritrompa resbala.

En su encuentro amoroso transporta el oro de su polen y fecunda en contemplación sabia, maquillando el panorama.

Las alas en movimiento cubren un diminuto cuerpo, envolviendo el espíritu que late con la velocidad de la libertad que le otorga su vuelo.

El  perfecto diseño de sus alas es sabiduría divina en su creación gestada.

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