viernes, 8 de marzo de 2013

La esencia y la forma


La naturaleza masculina tiene: rayos del sol, plumaje de pájaros, colores de árbol, sonidos de río, rugidos del bosque, agrestes filos que sobresalen en las  montañas.

Con el tiempo, su huracanado movimiento, en la búsqueda, es remanso cuando la madurez llega.  

La femineidad tiene: fases de luna; trino de aves; olores de flores entre, dulce y almizcle; balanceo de palmeras; tormenta y rocío; forma de cordilleras, y es  constante corriente interna que con suavidad se acerca cuando llega al remanso.

Lo femenino y lo masculino son modelados por la lluvia y tallados por el viento. Surgen de lo diferente, lo diverso y de la inesperada belleza que supera la forma.

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