El corazón de un artista.
Laguna de Guatavita. |
El corazón de un artista late a temprana infancia.
Su latido es de percusiones con acompañamiento de flautas.
Emiten sus ojos tiernos resplandores que interpretan los astros.
Una estrella de colores lo ilumina de cerca, siguiendo uno a uno sus pasos.
Ángeles acompañan al artista: saben lo duro de las faenas.
¿Mas que sería del mundo sin artistas? Un desierto sin montañas.
El artista se compromete consigo mismo, es bueno o malo según su propia escucha; nadie será capaz en realidad de interpretarlo.
El arte que emite es y permite el libre albedrío de quien lo huele.
El ser que se entrega a su arte, no censura las verdades: es la expresión de su alma.
Katty Camacho García
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