El silencio y la palabra
Amanecer en el río. Foto; Katty A. |
En medio del torbellino de palabras que surgen en una conversación
placida, se nutre la tierra de nuestros pensamientos.
Fluyen los labios plenos de sonrisas que otorgan junto a la voz, un
brillo a las miradas.
La complicidad de un encuentro se acompaña de gestos, trasmitiendo al
otro un sentimiento que no tiene silabas.
Cuando la palabra es amorosa es sagrada, casi como el silencio, concediéndonos
este último el matiz que otorga la calma.
En el silencio se trae del fondo, un escenario, oscuro y
claro de imágenes que vuelan invitándonos a ingresar a otros mundos que
desconocemos.
Y
de pronto algo en lo interior nos habla:
"Cuan
profunda es la sabiduría de quien medita, sin anunciar el momento para que
salga a escena la palabra".
"Cuan dulce
es la palabra cuando es divina, suena a caricia que impregna el alma".
"Cuan bello
es el silencio cuando aguarda, el grácil momento de habitar un espacio sin
medida".
(Katty Alexandra)
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