El tiempo de cada cual. El río y el animal.
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Pintura en una fachada de un museo en Paris. Artista: Médéric Bobbin, 2007.
El curso va con su río creando meandros, siguiendo su cuerpo de
mujer.
Su corporeidad sinuosa se desplaza en la selva de sus
emociones, mientras en su interior aguardan los torbellinos de su alma.
Ellas rugen al vaivén de sus fieras, que por instantes se
reflejan en su superficie cuando avanza.
Más quien sin detenerse solo la contempla, no denota sus señales
de cambio; solo escucha el tierno alcance del vaivén de sus palabras.
Los animales que en su interior avanzan, ven dentro
del río de una mujer se reúnen - el amor y el deseo - ocasionando su fuerza la forma de sus riberas.
Este río dibuja en la tierra las letras de su canto, y encarna
su alegría en las risas de peces.
El rugido de sus fieras juguetea en ella, en medio de las burbujas de sus emociones.
Llama el río al delfín que con la sabiduría de varias épocas avanza, en la confluencia de las aguas.
Entre tanto ella anhela el momento exacto de su mezcla, extrañando su sal, procurándole entregarle a él la miel en el oceáno.
Katty Alexandra.
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