Ligero de equipaje.
Se anda ligero de equipaje, cuando es el corazón el que
enciende la llama que ilumina, el camino oscuro que poco a poco se divisa,
adornado de destellos profundos de vida.
Se escucha entonces al lado susurrando, el melódico latido y
suave aleteo de los ángeles, que desde el nacimiento nos han acompañado.
Ya lo decía el poeta Antonio Machado; “…Todo se mueve,
fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el monte y el ojo que los mira…”
Atenta al vuelo voy en la incertidumbre total de quien por intuición
lo empieza.
Con la seguridad del movimiento que otorga el agua que baña
en su paso al caminante.
Con la confianza que con ansia busca la respuesta al motivo
de su viaje…
(Katty Alexandra).